el que se le han pegado las sábanas,
el señor enchaquetado que anda rápido, con prisas...
los niños que protestan por ir al colegio,
el frutero que abre su tienda,
las señoras que compran y compran, y compran..
el que le toca repartir la publicidad en los buzones,
la pareja que grita, pelea, se enfadan, reprochan..
la que se quiere, pasean, sonríen, se besan.
Los viejecitos que leen el periódico, observan, fuma...
las viejecitas que chismorrean, que dan de comer a las palomas, pasean a su perrito..
el perro que se acercan, olisquea, marca su territorio, entierra, juega con otro;
los niños que corren, ríen, saltan, caen, juegan.
El que espera cinco, diez y veinte minutos, ahí, de pie, mirando la hora, el correr de los minutos..
el de la rutina, el que siempre pasa a la misma hora, el que siempre pasa por el mismo lugar,
el mendigo que rebusca algo para llevarse a la boca..
las madres que pasean a sus bebes en un carrito,
el que se va en coche,
el que lo aparca.
Los que suben y bajan en autobuses,
las amigas que hablan, cantan y sueñan..
La mujer que tiende en su balcón,
la que se le ha olvidado algo y tiene que volver.
Pájaros que vuelan, se posan, comen pan que alguna viejecita echó minutos antes, cantan y siguen volando..
El que se le nota la cara de cansancio de que ya está terminando el día...
El Sol, que igual que igual que salió, ya se marcha.
Los niños que no quieren regresar del parque,
la madre que llama porque ya es tarde.
Persianas que bajan...
y que mañana temprano volverán a subir.
Los árboles que lo ven todo, y no dicen nada.
El silencio de los árboles. Elena.
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